Pese a las recientes muestras de descontento por parte de importantes sectores de la población, todavía no se ha descubierto nada menos malo que la democracia para gobernar colectivos humanos y garantizar ciertas libertades. Llamadme raro, pero creo que es un sistema aceptable para muchos ámbitos de la vida pero no para el fútbol, donde es signo de debilidad. Un club con diversas corrientes ideológicas en su seno, entendiéndolas como maneras de hacer las cosas, es una entidad débil, que pierde fuerza ante enemigos más homogéneos y está condenado al fracaso a la hora de afrontar grandes retos.
Florentino utilizó el eufemismo "supresión de la dirección general deportiva" para comunicar que, despidiendo a Valdano, el Madrid ha decidido de una vez por todas sacarse la china del zapato para andar con paso firme en esto del fútbol. No podemos tener a alguien entregado al estilo del rival y que se declaró en su día "barcelonista ideológico" en el puesto en el que se debe estar trabajando codo a codo con Mou para que las cosas salgan bien. El portugués representa otra concepción del fútbol (con tanta validez y posibilidades de éxito como cualquier otra), una manera de jugar y plantearse las cosas que en su día crítico Valdano de forma explícita y que desde el primer minuto ha sido fuente de desavenencias, el borrón de una temporada en la que más que nunca club, jugadores, cuerpo técnico y afición han sido un solo ente.
El enemigo no es muy dado a elogiar nada relacionado con el Real Madrid, pero cuando lo hace no da puntada sin hilo y lo hace con el ánimo de dividir. Valdano era su hombre predilecto en el Bernabéu, casi su quintacolumnista. Capaz de iniciar un proyecto "rompedor" el año pasado manteniendo a caras del pasado y eligiendo a un técnico gris como él solo únicamente porque comulgaba con sus ideales balompédicos, que están muy bien para vender libros, pero lo que es para ganar con una plantilla como la que tiene el Real Madrid en estos momentos... a veces me pregunto si Jorgito se enteró de que en el 89 derribaron cierta construcción berlinesa.
La prensa una vez más, quedó con las posaderas al aire. Dejaron a las claras quien era su principal fuente de filtraciones (¡ay esos almuerzos con Diego Torres!) y su principal ventana abierta a mangonear en el club según sus intereses. No hay que ser demasiado inteligente para ver que un hombre al que colocaron y colocarán de nuevo en su órbita, como columnista, comentarista o tertuliano, siempre será mucho más receptivo que Mourinho, que los mantiene a raya, o José Ángel Sánchez, que tiene la plena confianza del portugués y ha demostrado hacer una labor encomiable a la vez que discreta.
Lloros, pataletas... un auténtico gozo para mis oídos. Hasta Calderón aprovechó para asomar la cabeza en Ona FM (se le debería caer la cara de vergüenza -si es que la tiene- de hablar en un medio abiertamente antimadridista) y comparar a Mourinho y su asunción de mayores competencias con el beneplácito de directiva y afición con lo que pasó en la Alemania de Hitler. Luego se extrañan de que cada día que pasa dé gracias a Dios por la vuelta de Florentino al club.
Total, que la temporada que viene al fin vamos a ir todos a una de verdad, sin lastres (vaya póker de Mou esta temporada: Copa del Rey y adiós a Raúl, Guti y Valdano) y convencido plenamente de que su camino es EL camino. Nos lo vamos a pasar muy bien con el luso de portavoz del club... El compañero de Real Zidane pedía la renovación de Mourinho por 16 temporadas, y no le falta razón. El cambio que está suponiendo para el Real Madrid, para la forma que tenemos de entendernos a nosotros mismos, liberándonos de absurdos complejos, me hacen desear que su contrato vaya mucho más allá de los 4 años que firmó.
Florentino utilizó el eufemismo "supresión de la dirección general deportiva" para comunicar que, despidiendo a Valdano, el Madrid ha decidido de una vez por todas sacarse la china del zapato para andar con paso firme en esto del fútbol. No podemos tener a alguien entregado al estilo del rival y que se declaró en su día "barcelonista ideológico" en el puesto en el que se debe estar trabajando codo a codo con Mou para que las cosas salgan bien. El portugués representa otra concepción del fútbol (con tanta validez y posibilidades de éxito como cualquier otra), una manera de jugar y plantearse las cosas que en su día crítico Valdano de forma explícita y que desde el primer minuto ha sido fuente de desavenencias, el borrón de una temporada en la que más que nunca club, jugadores, cuerpo técnico y afición han sido un solo ente.
El enemigo no es muy dado a elogiar nada relacionado con el Real Madrid, pero cuando lo hace no da puntada sin hilo y lo hace con el ánimo de dividir. Valdano era su hombre predilecto en el Bernabéu, casi su quintacolumnista. Capaz de iniciar un proyecto "rompedor" el año pasado manteniendo a caras del pasado y eligiendo a un técnico gris como él solo únicamente porque comulgaba con sus ideales balompédicos, que están muy bien para vender libros, pero lo que es para ganar con una plantilla como la que tiene el Real Madrid en estos momentos... a veces me pregunto si Jorgito se enteró de que en el 89 derribaron cierta construcción berlinesa.
La prensa una vez más, quedó con las posaderas al aire. Dejaron a las claras quien era su principal fuente de filtraciones (¡ay esos almuerzos con Diego Torres!) y su principal ventana abierta a mangonear en el club según sus intereses. No hay que ser demasiado inteligente para ver que un hombre al que colocaron y colocarán de nuevo en su órbita, como columnista, comentarista o tertuliano, siempre será mucho más receptivo que Mourinho, que los mantiene a raya, o José Ángel Sánchez, que tiene la plena confianza del portugués y ha demostrado hacer una labor encomiable a la vez que discreta.
Lloros, pataletas... un auténtico gozo para mis oídos. Hasta Calderón aprovechó para asomar la cabeza en Ona FM (se le debería caer la cara de vergüenza -si es que la tiene- de hablar en un medio abiertamente antimadridista) y comparar a Mourinho y su asunción de mayores competencias con el beneplácito de directiva y afición con lo que pasó en la Alemania de Hitler. Luego se extrañan de que cada día que pasa dé gracias a Dios por la vuelta de Florentino al club.
Total, que la temporada que viene al fin vamos a ir todos a una de verdad, sin lastres (vaya póker de Mou esta temporada: Copa del Rey y adiós a Raúl, Guti y Valdano) y convencido plenamente de que su camino es EL camino. Nos lo vamos a pasar muy bien con el luso de portavoz del club... El compañero de Real Zidane pedía la renovación de Mourinho por 16 temporadas, y no le falta razón. El cambio que está suponiendo para el Real Madrid, para la forma que tenemos de entendernos a nosotros mismos, liberándonos de absurdos complejos, me hacen desear que su contrato vaya mucho más allá de los 4 años que firmó.