Foto: As.com
Al periodismo deportivo nacional se le suele llenar la boca repitiendo año tras año que en España tenemos "la mejor liga del mundo". Nada más lejos de la realidad. Al igual que muchos otros sectores de nuestro país, la industria del fútbol ha padecido el desgobierno de unos diregentes acomodados y carentes de la visión comercial necesaria para sacarle el máximo partido posible a un producto tan atractivo. A día de hoy la clasificación es un fiel reflejo: los equipos que han sabido vender su marca y hacerla valer lideran la tabla mientras que el resto mira de lejos y mendiga ganancias a televisiones e instituciones autonómicas y locales. Ni en Escocia con Celtic y Rangers, vamos.
Todo esto viene a colación del partido de 1/8 de la Copa de Europa disputado esta noche entre el Olympique de Lyon y el Real Madrid. Acostumbrados a dejarnos puntos en la competición doméstica únicamente cuando la desgana nos puede, vibrar un poco con fútbol de verdad es de agradecer. Por mucho que digan, el salto de calidad entre el nivel de nuestro campeonato nacional y el de la Champions League es enorme: para hacernos una idea, un equipo mediocre como el Schalke 04 consiguió arañarle un empate de Mestalla al otrora poderoso Valencia. Escuadras potentes como el Madrid notan ese cambio fuera y tienen que ajustarse mental y físicamente al ritmo que imponen equipos que serán mejores o peores, pero que están acostumbrados al éxito en sus países y no se dan por vencidos con facilidad.
Hoy esto se ha podido percibir con bastante claridad. Si hubiese sido un partido de Liga ante un equipo sin aspiraciones europeas, el Real no habría tenido problemas para llevarse los tres puntos con el nivel de juego más pausado que ha empezado a imponer tras el 0-1. Pero amigos, en Europa no existe rival pequeño y cualquier error se paga caro.
Aún así, no se puede calificar el partido como malo, un empate fuera de casa en eliminatoria continental siempre es positivo. Además, el juego y la constancia demostrada durante buena parte de la segunda mitad, que desembocaron en el gol de Karim Benzema, mostraron un equipo sólido que iba a la idea. Tras el tanto se cambió el chip, se pasó al "modo liga" y ello nos costó el empate... nada que siguiendo la línea de trabajo de la temporada no podamos solventar en el Bernabéu. Las maldiciones y las barreras psicológicas residen únicamente en la mente de uno.
La imagen del partido sin duda estuvo fuera del terreno de juego. Al anotar el tanto Benzema, a Florentino Pérez le pudo su madridismo y no pudo evitar levantarse a celebrarlo en el palco, tal y como habría hecho cualquiera de nosotros. Y es que el fichaje del jugador francés fue una apuesta personal del presidente, que guardaba una gran amistad con el delantero desde su etapa juvenil , cuando no dudó en ir personalmente a entregarle a su casa una camiseta del Real Madrid firmada por Ronaldo (el que se retiró esta pasada semana) a petición del presidente del equipo en el que se crió, el Lyon.
Al periodismo deportivo nacional se le suele llenar la boca repitiendo año tras año que en España tenemos "la mejor liga del mundo". Nada más lejos de la realidad. Al igual que muchos otros sectores de nuestro país, la industria del fútbol ha padecido el desgobierno de unos diregentes acomodados y carentes de la visión comercial necesaria para sacarle el máximo partido posible a un producto tan atractivo. A día de hoy la clasificación es un fiel reflejo: los equipos que han sabido vender su marca y hacerla valer lideran la tabla mientras que el resto mira de lejos y mendiga ganancias a televisiones e instituciones autonómicas y locales. Ni en Escocia con Celtic y Rangers, vamos.
Todo esto viene a colación del partido de 1/8 de la Copa de Europa disputado esta noche entre el Olympique de Lyon y el Real Madrid. Acostumbrados a dejarnos puntos en la competición doméstica únicamente cuando la desgana nos puede, vibrar un poco con fútbol de verdad es de agradecer. Por mucho que digan, el salto de calidad entre el nivel de nuestro campeonato nacional y el de la Champions League es enorme: para hacernos una idea, un equipo mediocre como el Schalke 04 consiguió arañarle un empate de Mestalla al otrora poderoso Valencia. Escuadras potentes como el Madrid notan ese cambio fuera y tienen que ajustarse mental y físicamente al ritmo que imponen equipos que serán mejores o peores, pero que están acostumbrados al éxito en sus países y no se dan por vencidos con facilidad.
Hoy esto se ha podido percibir con bastante claridad. Si hubiese sido un partido de Liga ante un equipo sin aspiraciones europeas, el Real no habría tenido problemas para llevarse los tres puntos con el nivel de juego más pausado que ha empezado a imponer tras el 0-1. Pero amigos, en Europa no existe rival pequeño y cualquier error se paga caro.
Aún así, no se puede calificar el partido como malo, un empate fuera de casa en eliminatoria continental siempre es positivo. Además, el juego y la constancia demostrada durante buena parte de la segunda mitad, que desembocaron en el gol de Karim Benzema, mostraron un equipo sólido que iba a la idea. Tras el tanto se cambió el chip, se pasó al "modo liga" y ello nos costó el empate... nada que siguiendo la línea de trabajo de la temporada no podamos solventar en el Bernabéu. Las maldiciones y las barreras psicológicas residen únicamente en la mente de uno.
La imagen del partido sin duda estuvo fuera del terreno de juego. Al anotar el tanto Benzema, a Florentino Pérez le pudo su madridismo y no pudo evitar levantarse a celebrarlo en el palco, tal y como habría hecho cualquiera de nosotros. Y es que el fichaje del jugador francés fue una apuesta personal del presidente, que guardaba una gran amistad con el delantero desde su etapa juvenil , cuando no dudó en ir personalmente a entregarle a su casa una camiseta del Real Madrid firmada por Ronaldo (el que se retiró esta pasada semana) a petición del presidente del equipo en el que se crió, el Lyon.
Sergio Ramos: "Se nos han escapado 3 puntos". Algú li pot dir que això ja no és la lligueta?
ResponderEliminarSergio Ramos: TRASPASAR.
ResponderEliminarA Florentino le pudo su "Benzemismo"
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