lunes, 28 de febrero de 2011

Frío, frío

Cada vez queda menos para despedirnos del general invierno, ese que tanto daño hace al fútbol en lo referido a lo que rodea al terreno de juego y que demuestra quienes son los que de verdad están hechos de otra pasta, aquellos jugadores y aficionados cuyo amor por este deporte lo resiste todo. No en vano es en invierno cuando se curten los equipos que han de llegar con las espadas afiladas al último tramo de la temporada. Pero también el ambiente en las gradas es, lógicamente, más frío. En verano resulta mucho más bonito echar un vistazo al público y ver a la mayoría ataviados con la camiseta de su equipo que en invierno, cuando los chaquetones oscuros pueblan los estadios y todo se apaga un poco.

También es cierto que ahí entran en juego un complemento para hinchas difícil de ver en otra época del año: el gorro de lana. Se convierte en algo fundamental, sobretodo con estos horarios intempestivos que nos programa la televisión, siempre tan preocupada por el bienestar de quienes pagan su entrada a los campos. Quien no me crea, que pruebe a planatrse en el Bernabéu un sábado de invierno a las 10 de la noche, a ver si resiste sin que se le congele el cerebro. Yo desde que lo probé en un Real Madrid - Zaragoza disputado en enero, no me separo de él de noviembre a marzo (incluso si no voy al estadio, y mira que yo antes era muy reacio a ponerme cosas de estas en la cabeza). A parte de conservar mejor el calor corporal (un 30% del mismo se escapa por la cabeza), podemos dar un toque alegre entre tanto abrigo y seguir luciendo los colores de nuestro equipo.

Hablaba unas líneas más arriba de la televisión y sus horarios y fechas, tema que está recientemente de actualidad tras las quejas de José Mourinho por el escaso descanso entre partidos del que dispone el Real Madrid respecto a otros equipos. No nos tenemos que llevar a engaño, el dinero de Mediapro y Prisa (pese a los recientes problemas financieros de ambas corporaciones) es el que lleva manteniendo el tinglado en el fútbol español desde que surgieron las plataformas digitales a finales de los 90, y por lo tanto es lógico que exijan su cuota de poder sobre la asignación de las fechas de los partidos. Pero no es de recibo que mientras en otros países los equipos con compromisos europeos puedan adelantar sus partidos o pasarlos a otras fechas, nosotros dispongamos de menos tiempo para reponernos. Y sí, eso importa porque nosotros somos un equipo humano y no sospechosamente sobrenatural como otros. A nosotros nos cuesta, como a casi todo el mundo, jugar 60 partidos por temporada y acabarlos corriendo a tope en el minuto 90 como hacen algunos. Un día habría que investigar si en España lo único que llevaba un aliño especial era el solomillo de Contador.

Volviendo a las televisiones, hay que coger la sartén por el mango de una vez. Si pagan tanto dinero es porque el producto lo vale y en este caso el producto es el Real Madrid, más de 100 años de historia repleta de triunfos y millones de seguidores en todo el mundo. Que no nos tomen el pelo: sin los partidos del Madrid, ni Gol TV ni Canal + Liga valen NADA. Para eso haría falta una política de comunicación fuerte, capaz de mostrarnos como un club serio y dispuesto a defender sus intereses, dejar a un lado el señorío mal entendido que habitualmente practicamos y empezar a pensar en lo que más nos favorece. ¿Por oscuros intereses no acceden a nuestras peticiones? Nos llevamos nuestros partidos a cualquier operador internacional con ganas de establecerse en España y listos. Os asombraría comprobar el tirón que tiene el club blanco en mercados como el hispanoamericano, el asiático e incluso el árabe, por mucha Qatar Foundation que haya por en medio. Seguro que no salíamos perdiendo. Y si nos quieren boicotear, que nos boicoteen si les queda dinero para hacerlo cuando los madridistas se hayan cambiado de canal para ver los partidos. Con el Madrid, tonterías las justas.

domingo, 27 de febrero de 2011

No nos va

Foto: Eleconomista.es

En la construcción de un equipo ganador tiene especial incidencia el plano psicológico, y tras lo visto ayer y ante Mallorca, Levante, Almería u Osasuna, Mourinho tiene bastante todavía por delante bastante trabajo en ese aspecto de su preparación.

Tras el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey frente al Murcia, en el que empatamos a 0, más de uno instó a no menos que sacar los tanques por la Castellana. Ese tipo de madridismo impaciente y que pide cortar cabezas a la mínima es el que menos necesita el equipo en estos momentos. De acuerdo, ese partido frente a un Segunda B se tenía que haber ganado cómodamente, pero yo sólo invito a hacer una reflexión: si a nosotros los aficionados, que únicamente tenemos que ponernos frente a una pantalla o desplazarnos al campo, ya nos daba pereza un partido tan intrascendente (contando con una vuelta en el Bernabéu dónde se decidiría todo), ¿cómo podemos esperar que no caiga en la desgana un jugador que se tiene que pasar 90 minutos corriendo ante un rival hipermotivado y cuya única arma son las patadas?

La pájara de ayer (pese a que en el último tramo del encuentro se vivió un auténtico asedio del Real Madrid a la portería coruñesa, tiros al palo incluidos) no tuvo nada que ver con la relajación tras conseguir el 0-1 en Gerland. Dejando a un lado el nivel de cada una de las competiciones, en Copa de Europa dio la impresión de que el equipo saboreó demasiado el momento, que se gustó en exceso tras haber conseguido el objetivo de hacer un buen trabajo fuera de casa. Esto ya pasó ante el Milan en San Siro, dónde tras bailar a los italianos desplegando el mejor juego de la temporada, acabamos empatando en el último suspiro y gracias. Pero lo sucedido ante el Deportivo y otros equipos modestos es diferente, se trata de que "no nos va "ese trabajo extra de afrontar al 100% estos partidos en los que hay más a perder que a ganar. ¿Preocupante? Sí y no. Sí porque a un madridista jamás le gusta perder puntos, sea en Old Trafford o en el Ciudad de Valencia. Y no porque si alguien sabe como motivar a sus jugadores ese es Mou. Durante la primera mitad de la temporada se consiguió durante muchas jornadas, justo antes de que la acumulación de partidos y un calendario desastroso (doy la razón al portugués, no sé si habrá conspiración o no, pero es curioso que nunca podamos optar a ese día de descanso extra al que otros parecen abonados). Cuando volvamos por nuestros fueros y seamos fiables cual reloj suizo lejos de Chamartín, será un claro indicador de que el plato que tiene como ingredientes a los jugadores de nuestra plantilla es ya una auténtica delicatessen.

jueves, 24 de febrero de 2011

Te cambio a Redondo por Mijatovic...


De pequeñito, todo futbolero que se precie ha sentido alguna vez ese cosquilleo en el interior al llegar un día de verano al quiosco y comprobar que ya podíamos empezar una nueva colección de cromos con la fotos de los jugadores de todos los equipos de la Liga. Aún recuerdo el primer que álbum que casi completé, el de Panini de la temporada 97/98. Si, había aquel servicio para conseguir los cromos que te faltaban por correo, pero eso era como hacer trampa y lo dejé para el año siguiente (jamás he acabado una colección). La gracia era vivir el momento, como en todo lo que rodea el fútbol. El intervalo de tiempo entre que te comprabas el álbum y dejaban de vender los cromos. Tenerlos todos de golpe no tenía emoción. La ilusión de pedirle 35 pesetas a tu madre para ir corriendo a por un sobre de cromos, el cambiarlos con los amigos en la calle y en el recreo y el día que completabas las dos páginas dedicadas al Real Madrid, eso era lo que contaba. Los jugadores blancos eran de los más difíciles de conseguir, y ya no digamos las principales estrellas, por aquella época gente como el primer Raúl (no el que se arrastró las últimas temporadas con el 7 a la espalda), Pedja Mijatovic, Davor Suker o Roberto Carlos.

No sé si hoy día, en plena era de las nuevas tecnologías, los niños seguirán interesándose por esos adhesivos con unos tíos impresos, pero yo guardo muy buen recuerdo de aquellas colecciones.

En nuestro país hay tanta tradición en cuanto a colecciones de cromos se refiere que incluso a los fichajes que hacen los clubes se les suele denominar "intercambio de cromos". Este verano, después de la revolución vivida con la llegada de gente como Cristiano, Kaká y Benzema a la plantilla, el Real Madrid apostó por comprar algunos cromos para hacer equipo (como por ejemplo el experimentado Ricardo Carvalho) y otros destinados a permanecer en las páginas del álbum merengue durante muchos años, entre los que yo destacaría al alemán Mesut Özil al que se le percibe una visión de juego privilegiada que le asegurará un futuro brillante (y lo que es mejor, vestido de blanco) y al argentino Ángel Di María, pura destreza técnica y derroche físico. A la que El Fideo gane un poco de músculo estaremos hablando de uno de los jugadores más determinantes del panorama internacional. Sami Khedira, cuyo rol en el campo es ya de por sí más oscuro, está teniendo una adaptación un pelín más lenta, pero ya ha demostrado en algunas fases de la temporada que ganando confianza y experiencia puede lograr hacerse un hueco en un centro del campo tan complicado como el del equipo de Concha Espina.

En materia de nuevas incorporaciones también han habido algunos errores que se vienen repitiendo desde hace algunas campañas. Mientras existe una sobredosis de mediapuntas, el equipo carece de un delantero centro puro. Ni Higuaín ni Benzema, pese a su capacidad goleadora, son nueves clásicos, gente de área que vive por y para el gol. Eso ha abocado al club a hacer caso a las demandas de José Mourinho y hacerse con los servicios de Emmanuelle Adebayor en el mercado de invierno, que de momento está cuajando buenas actuaciones y quien sabe si podría acabar dejando su estatus de cedido para ser un miembro de pleno derecho de la plantilla madridista. Otra carencia la encontramos en el centro del campo. Si nos falta Alonso, andamos como pollo sin cabeza por el terreno de jugo, ya que ni Gago, ni Granero (aunque este último si lo intentase opino que estaría capacitado para pelear por estar ahí) dan las garantías suficientes para volver a ser el terror de Europa. El último de los fallos que veo en la elaboración de la plantilla es el lateral derecho. Vista la nula inteligencia táctica de Ramos y los numerosos despistes que comete, no creo que sea el ideal para el puesto. Su sitio está de central suplente o lejos del Bernabéu. A Arbeloa, que lo está supliendo con nota en algunos momentos, le faltan cualidades ofensivas, hay que esperar algo más de un puesto clave para el Real Madrid y cualquier equipo. El internacional brasileño Maicon hubiese sido una buena alternativa este verano, ahora por motivos de edad me inclinaría más por la búsqueda de algún talento emergente.

Todo esto no quiere decir que el equipo sea débil ni mucho menos, al contrario. Tal y como dice nuestro técnico, no somos un producto acabado, por lo que esto son solo una sugerencias para pulirlo cuando se tenga la ocasión.

miércoles, 23 de febrero de 2011

La caverna y otros inventos

Foto: Corazonblanco.com

Desde hace unos años se viene calificando en Cataluña, sobretodo desde el entorno del Barcelona, a los medios de comunicación madrileños como moradores de una caverna anclada en el pasado a la que escuece todo lo que tenga que ver con la capital catalana. En lo político poco tengo que decir, no es el lugar, quizás solo que se tiende a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio (dar un repaso a algunos medios de por aquí es un dolor, la imparcialidad brilla por su ausencia). Pero en lo futbolístico sí. No es con ánimo de polemizar ni atacar a ningún otro equipo, sino de dejar las cosas claras.

Los medios de Madrid son MADRILEÑOS, NO FORZOSAMENTE MADRIDISTAS. Lo único que les preocupa verdaderamente es que la gente los compre/siga y si para ello tienen que hacer que las aguas anden revueltas en el Bernabéu, lo harán. Es las épocas de crisis del equipo blanco es cuando más periódicos se venden, cuando más se escuchan los programas nocturnos de radio, cuando más programas de deportes se ven en televisión. Al destapar Marca el pastel de las malas prácticas de Calderón y obligar a éste a dejar el cargo, el rotativo de la capital registró una de sus mejores semanas en cuanto a ventas. Lejos de tener ningún interés en el bien del Real Madrid, el objetivo era tener una historia atractiva que presentar al público para hacer negocio.

Puntualmente, sabedores de que la mayoría de los que los compran son hinchas merengues, desde estos medios se ataca a los rivales del Madrid, del mismo modo que el dictador de una república bananera de tanto en tanto tiene alguna medida de gracia con el pueblo para evitar que este se vuelva contra él. Muchas veces estas polémicas son creadas por personajes que son auténticas caricaturas y dejan por los suelos la imagen del madridista medio en el imaginario popular. Un ejemplo claro es Tomás Roncero y secuaces suyos como Toñín "El Torero", un tipo que se disfraza par ir al campo y ni siquiera es periodista.

Hablando de todo esto me viene a la mente una historia de 2008 ó 2009, cuando el holandés Arjen Robben todavía jugaba en el Real Madrid. En los deportes de Cuatro (los populares "Manolos") hicieron una encuesta en la calle, consistente en ir paseando un retrato del citado futbolista por los aledaños del coliseo blanco y preguntarle a la gente los años que le echaban. La selección de los entrevistados fue echa a mala idea y se notaba claramente que pocos entendían de fútbol y mucho menos sabían quien era Robben. La media de edad que salió entre todas las respuestas superaba con creces los 40 años, cuando el delantero tenía por entonces a lo sumo 24 o 25 años. Se podría pensar que es simplemente algo curioso, pero menos si se tiene en cuenta que Arjen tuvo que superar un cáncer de testículos en 2004. Todos conocemos lo agresivos que son esos tratamientos con la piel y el cabello del paciente. No me creo para nada que ningún miembro de la redacción del programa (dirigido entre otros por el periodista y aficionado del Atlético de Madrid Manolo Lama) conociese este pequeño dato y instase a sus compañeros a frenarse un poquito.

Si esta gente que no tiene ningún tipo de escrúpulos para hacer broma a costa del Madrid es del mismo equipo que yo, que venga Dios y lo vea. Justificar a ambos lados

martes, 22 de febrero de 2011

Fútbol de verdad

Foto: As.com

Al periodismo deportivo nacional se le suele llenar la boca repitiendo año tras año que en España tenemos "la mejor liga del mundo". Nada más lejos de la realidad. Al igual que muchos otros sectores de nuestro país, la industria del fútbol ha padecido el desgobierno de unos diregentes acomodados y carentes de la visión comercial necesaria para sacarle el máximo partido posible a un producto tan atractivo. A día de hoy la clasificación es un fiel reflejo: los equipos que han sabido vender su marca y hacerla valer lideran la tabla mientras que el resto mira de lejos y mendiga ganancias a televisiones e instituciones autonómicas y locales. Ni en Escocia con Celtic y Rangers, vamos.

Todo esto viene a colación del partido de 1/8 de la Copa de Europa disputado esta noche entre el Olympique de Lyon y el Real Madrid. Acostumbrados a dejarnos puntos en la competición doméstica únicamente cuando la desgana nos puede, vibrar un poco con fútbol de verdad es de agradecer. Por mucho que digan, el salto de calidad entre el nivel de nuestro campeonato nacional y el de la Champions League es enorme: para hacernos una idea, un equipo mediocre como el Schalke 04 consiguió arañarle un empate de Mestalla al otrora poderoso Valencia. Escuadras potentes como el Madrid notan ese cambio fuera y tienen que ajustarse mental y físicamente al ritmo que imponen equipos que serán mejores o peores, pero que están acostumbrados al éxito en sus países y no se dan por vencidos con facilidad.

Hoy esto se ha podido percibir con bastante claridad. Si hubiese sido un partido de Liga ante un equipo sin aspiraciones europeas, el Real no habría tenido problemas para llevarse los tres puntos con el nivel de juego más pausado que ha empezado a imponer tras el 0-1. Pero amigos, en Europa no existe rival pequeño y cualquier error se paga caro.

Aún así, no se puede calificar el partido como malo, un empate fuera de casa en eliminatoria continental siempre es positivo. Además, el juego y la constancia demostrada durante buena parte de la segunda mitad, que desembocaron en el gol de Karim Benzema, mostraron un equipo sólido que iba a la idea. Tras el tanto se cambió el chip, se pasó al "modo liga" y ello nos costó el empate... nada que siguiendo la línea de trabajo de la temporada no podamos solventar en el Bernabéu. Las maldiciones y las barreras psicológicas residen únicamente en la mente de uno.

La imagen del partido sin duda estuvo fuera del terreno de juego. Al anotar el tanto Benzema, a Florentino Pérez le pudo su madridismo y no pudo evitar levantarse a celebrarlo en el palco, tal y como habría hecho cualquiera de nosotros. Y es que el fichaje del jugador francés fue una apuesta personal del presidente, que guardaba una gran amistad con el delantero desde su etapa juvenil , cuando no dudó en ir personalmente a entregarle a su casa una camiseta del Real Madrid firmada por Ronaldo (el que se retiró esta pasada semana) a petición del presidente del equipo en el que se crió, el Lyon.

lunes, 21 de febrero de 2011

Saque inicial


Hoy echa a rodar el balón en Mi bufanda, el que espero que no sea un blog de fútbol más de los que pululan por la red. Día a día haré algunos apuntes acerca de la actualidad del Real Madrid desde la óptica de un aficionado merengue de toda la vida, además de analizar más en profundiad aquellos pequeños detalles entorno al balompié que constituyen la cultura propia de este deporte.

Precisamente es todo ese mundillo que rodea al fútbol lo que a mi más me gusta y lo que me llevó a ponerle al blog este nombre. La bufanda es quizás el símbolo más identificativo del hincha de cualquier equipo. Anudada al cuello, a la mano, extendida para exhibir bien los colores que uno apoya... un elemento omnipresente en las gradas de cualquier estadio de nivel que se precie.

Hay a quien le gusta intercambiarlas con los rivales y coleccionar las de muchos equipos diferentes... yo soy un caso raro de fidelidad y si no siento nada por el equipo, no me siento cómodo con la bufanda. De ahí que coleccione modelos diferentes de bufandas del Real Madrid. En la foto se pueden ver unas cuantas de las que tengo. Con los años les vas cogiendo cariño, al mirarlas recuerdas los momentos buenos y no tan buenos que has vivido con ellas al cuello viendo a tu equipo. Cosas de futboleros.

Y siendo este un blog madridista no puedo pasar por alto que mañana se juega uno de los partidos más importantes para el devenir de los hombres de José Mourinho esta temporada. De la imagen que ofrezcamos mañana en Lyon ante el Olympique y el resultado final de la eliminatoria dependerá el salir reforzados y con moral para pelear por todos los títulos o simplemente pensar en seguir creciendo como conjunto, que en definitiva es de lo que se trata principalmente en la primera temporada de un proyecto de cuatro años.